Muchas
librerías deciden polémicamente exhibir los libros de Kahlil Gibrán – “El
profeta”, “El loco”, “El jardín del profeta”, etc – dentro del sector
autoayuda, como si el gran autor libanés tuviera algo que ver con los modernos
best-sellers de la superación personal. Un triste destino para este poeta,
pintor, novelista y ensayista que nunca abandonó su raíz oriental a pesar de
haber vivido tanto en Estados Unidos como en Francia. Por ese equilibrio entre
su espíritu sufí y el respeto por la universalidad de lo humano es que sus
textos – breves pero profundos – son tan vigentes.
Su
libro más conocido es también el más representativo de su estilo.”El profeta”
utiliza el mismo recurso que Friedrich Nietzsche en “Así habló Zaratustra”, la
figura de un sabio vagabundo que comparte su sabiduría con los habitantes de un
pueblo, para desgranar una rica serie de sentencias humanistas sobre distintos
temas. Cada frase es una lección de lucidez y economía.
“Porque
así como el amor os ciñe una corona, así también os clavará en la cruz. Así
como es para vuestra maduración, así también lo será para vuestra poda”.
“Protegedme de la sabiduría que no llora, de la
filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños”.
“Vuestra alma es a menudo un campo de batalla
en el cual vuestra razón y vuestro juicio libran la guerra contra vuestra
pasión y vuestros apetitos”.
“Cuando se separen de un amigo no sufran,
porque lo que más aman de él aparecerá más diáfano en su ausencia, así como,
para el alpinista, la montaña es más clara y majestuosa ante los ojos del que
la mira desde llano”.
“Del hablador he aprendido a callar; del
intolerante, a ser indulgente, y del malévolo a tratar a los demás con
amabilidad. Y por curioso que parezca, no siento ninguna gratitud hacia esos
maestros”.
“En verdad, todas las cosas se agitan en
vuestro ser en constante semiabrazo, las que deseáis y las que teméis , las que
repudiáis y las que acariciáis, las que perseguís y aquellas de las cuales quisierais
escapar.
Estas cosas se agitan dentro de vosotros como parejas de sombras y luces íntimamente unidas.
Y cuando la sombra decae y desaparece, la luz se rezaga, se convierte en sombra para otra luz.
Y así vuestra libertad cuando pierde su grillete, se convierte ella misma en grillete de una libertad mayor.”